Hoy, con más de 25.000 asistentes, 200 expositores y una fuerte presencia de cocineros locales y nacionales, esta feria no solo impulsa el turismo cultural, sino que también promueve el respeto por el patrimonio gastronómico y los saberes ancestrales del Caribe colombiano.
Además, el evento ha abierto espacio para la reflexión sobre temas como el impacto ambiental, el turismo responsable y la sostenibilidad, entendiendo que la cocina no solo alimenta el cuerpo, sino también la cultura, la economía y el alma de las comunidades.
Sabor Barranquilla pone sobre la mesa el diálogo entre cocina, cultura y turismo, con el objetivo de seguir construyendo un futuro donde la gastronomía sea puente de desarrollo, identidad y conexión con el mundo. Porque cuando hablamos del Caribe, no solo hablamos de comida: hablamos de historias, de tradiciones, de comunidad.
Y Sabor Barranquilla es el lugar donde todo eso se encuentra.